Maestro de profesión, juez nacional de atletismo, y gran corredor autodidacta.
Nació en Jaén en marzo de 1954. El balón de futbol es el denominador común en los niños cuando comienzan sus andanzas deportivas. Y Ricardo Garrido es un ejemplo más. El matiz que lo diferenció fue la competición con equipos federados. Esto deja huella en el joven e incentiva su gen competitivo. En parte algo natural en los niños.
Con tan solo 21 años obtiene la plaza de funcionario como profesor de enseñanza. Su formación académica le lleva a indagar sobre la didáctica del deporte en el aula. Y su inquietud a conseguir para su centro el Premio Nacional de Educación Física.
Durante los primeros “treinta” años de su vida deportiva, los pasa corriendo tras un balón. Esto le ha servido para obtener velocidad y cierta resistencia. En 1985 es un punto de inflexión como docente y como apasionado por la metodología en el deporte en general. Comienza su actividad como corredor, frecuenta la pista de atletismo de la Salobreja. Donde va conociendo a los diferentes atletas del Club Zeus. Motivación extra pues ve que el atletismo aunque individual, se comparte. Sobre todo al terminar de rodar kilómetros de carrera. Sensaciones, aspiraciones, marcas, objetivos. Es un nuevo mundo por descubrir. Y Ricardo ostenta la curiosidad y la competición. Obtiene el titulo de Monitor Nacional de Atletismo (1986).
El primer reto como corredor es ser capaz de correr diez kilómetros seguidos dándole vueltas a la pista. Y así lo hizo. Su contacto con los recorridos, tiempos, ritmos, compañeros es un mundo nuevo. La carrera continua es un placer y los entrenamientos comienzan a ser frecuentes semanalmente.